Deja de tratar de cambiar al mundo. Es una batalla de nunca acabar. Comienza por amar al mundo tal y como es, y eso empezará a cambiarlo todo. - Jeff Foster
"Deja de tratar de cambiar al mundo. Es una batalla de nunca acabar. Comienza por amar al mundo tal y como es, y eso empezará a cambiarlo todo." - Jeff FosterEsta semana elegí una frase del escritor londinense Jeff Foster, que me hace pensar sobre nuestra necesidad constante de querer cambiarlo y controlarlo todo.
Querer modificar algo para que sea como nosotros queremos que sea, es algo bastante testarudo. De hecho, me evoca la palabra "capricho" casi inmediatamente. Y es que en realidad eso es lo que somos. Caprichosos. Pequeños niños caprichosos insatisfechos, que cuando las cosas no salen como queremos, comenzamos a chillar y patalear para que alguien las arregle.
Ahora, ¿Por qué los niños hacen "caprichos"? En realidad, mas que testarudez, si analizamos de manera más completa el panorama, podemos ver que siempre lo hacen porque están buscando la mirada de alguien. El abrazo, la atención, la contención, el tacto, la presencia de algún adulto, que pueda calmar su necesidad de amparo constante.
¿Y nosotros, los "adultos"? También. También los hacemos con el objetivo de que alguien nos mire, nos mime y esté para nosotros.
Pero el problema es que nosotros ya no somos niños. Lo que en realidad estamos haciendo es un pedido desplazado. Estamos pidiendo muchos años después, eso que nos faltó de niños. Y se lo estamos pidiendo a la persona equivocada. Porque quien debería haber satisfecho ese deseo por nosotros, era mamá, o en su defecto la persona que nos maternara.
Y hoy, estamos pretendiendo que nuestra pareja, nuestros amigos, nuestros jefes, las empresas, el gobierno, o cualquier "otro", venga a cubrir ese deseo que quedó insatisfecho.
Por supuesto que el otro no tiene ni la más mínima obligación de satisfacer esas necesidades. Pero aún así, aunque la tuviera, no podría por el simple hecho de que eso que a nosotros nos falta, al otro también le falta. Por lo tanto no puede ni aunque quisiera, satisfacer nuestra necesidad de amparo.
Entonces, podríamos intentar entender que lo único que podemos cambiar del mundo o de un otro, es la forma de percibirlo. De nada sirve entrar en una lucha constante.
De nada sirve querer forzar, hacer planes o estrategias.
El mundo sucede de manera impredecible. No estamos en control de absolutamente nada. Aquello que ya sucedió, no lo podemos cambiar. A las personas que nos rodean, tampoco.
Lo mejor que podemos hacer, es buscar dentro nuestro la aceptación. Aceptar todo. Tal y como es AHORA. Y no aferrarse, porque lo que hoy es, puede dejar de serlo en un instante.
Fluir. Aprender a disfrutar del mundo y sus cambios, sus flujos y vaivenes.Y amarlos. Simplemente, amarlos.
TierraHolística
Comentarios
Publicar un comentario